¿Lo ves, lo notas? ¿El qué? Pues todo lo que sientes ahora mismo. ¿Es nostalgia? ¿Es miedo? ¿Es cansancio? ¿Es alegría? ¿Es confusión? Mientras lees ésto sólo dejas de pensar en lo tuyo para pensar en lo nuestro. ¿Funciona? Ahora piensa, piensa en todo lo que tú quieras. Soy paciente. Voy a estar justamente aquí, esperándote. ¿Hola? ¿Sigues ahí? Bien. Pues sigo.
Abre tu ventana. ¿Tienes frío? Aguanta, aguanta un poco más. Inspira. Más fuerte. Más. Ahora expira y saca todo lo que tú quieras. Temores, remordimientos, lo que quieras.
Sigue tumbado. No, no abras los ojos. Pon tus manos encima de tu pecho. Escucha cada latido. Relájate. Recuerda tu infancia. Recuerda a tus mejores amigos. Recuerda cómo se fueron. ¿Duele? Aguanta, aguanta. Recuerda la primera bronca de tus padres. Recuerda cómo te ayudaron. Recuerda tu primer amor. Recuerda cómo te dolió quererle. Recuerda al siguiente. Recuerda los nervios. Piensa en toda esa gente que quieres. Están contigo, están ahí. ¿No los ves? Yo sí, tranquilo.
Sé que no estás tan cómodo como en una cama, pero eso ya no importa. ¿Escuchas la música? Sí, es bastante fúnebre, pero no me dejaron poner otra más alegre. Sí, está oscuro, tú sigue con los ojos cerrados, ¡cómo si pudieras hacer otra cosa! ¿Te da miedo la oscuridad? ¿No? Mejor, porque ahora no sé adónde irás. Tranquilo, tranquilo. Esa arena la he tirado yo. Es mi manera de decirte adiós. No, no estoy llorando, estoy recordando nuestros momentos.
¿Que me vengue de la muerte? No, no, no, entonces no me querrá llevar contigo.