Te quiero
como
no me ha querido
nadie.
Sin esfuerzo, sin recompensa, sin castigo.
Con naturalidad, con fluidez, con vehemencia.
Con sueños.
Te quiero
como
no me ha querido
nadie.
Con exageración, con cátedra, con sentencia.
Sin más, sin menos, sin igual.
Conmigo.
Sin ti.
Te quiero
como
no me ha querido
nadie.
A ti, a mí, a quien haga falta.
Sangrando, gritando, respirándote.
Te quiero
como
nadie.
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